jueves, 26 de noviembre de 2009

Sobre cómo enfrentar la realidad

Había nacido para hacer. Lo supo el día en que conoció al gigante de marfil. Él le sonrió, y ella vio sus dientes blancos y quiso tocarlos. Al principio toda ella era ansiedad, pero poco a poco fue descubriendo que todo su placer estaba bajo la yema de los dedos.
Su primer gran descubrimiento fue el eco, el retorno de lo que tocaba que volvía a acariciarla más suave, más sutil, en un susurro encerrado que sólo era para ella y para nadie más.
Entonces pasó lo que debía: entendió que su vínculo no debía estar mediado por nada, que había un mundo por temer, y que tenía que estar atenta a disfrutar lo que lo efímero le daba. Y no pensar más.
Recurrió a la maestra de los maestros y miró sus manos. Eran blancas y fuertes. Eran firmes. Eran plásticas. Y en un momento que sólo se adquiere por la más profunda de las admiraciones, se sintió morir de amor.

3 comentarios:

  1. y el dia que suene Chopin en esos marfiles...
    el alma se elevará.
    http://www.youtube.com/watch?v=fXKqUiLiTcc
    saludos :)

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  2. Hola Menàge: che, está bueno poder ver que esa es la interpretación que hiciste de la entrada! Yo personalmente pensé en algo con un poco más de rock, pero se ve que me endulcé mucho y transmití Chopin (que igual vale, obvio!)

    Yo estaba pensando en esta mujer extraterrestre que toca esta partita con swing (sisi, no sé cómo, pero su Bach tiene SWING)

    http://www.youtube.com/watch?v=7mFDXNODNyc

    Saludos :)

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  3. claro,
    Martha Argerich
    claaaaro
    es como que nombre al Dios de dioses.
    luego de escuchar a esta señora de mirada esquizofrenica, me voy a tirar de un piso 148.
    saludos

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