Cuando luchaba contra el cuco, para que sea de igual a igual, Adriana se volvía un monstruito. Una cosa verde y pegajosa que iba transformándose en lo que hoy es: un minotauro bestial.
Tantas batallas contra ese cuco, y Adriana ya perdía su color verde y ya era rojo.
Hoy, contener el derrame; pero la historia siempre marcó que las debacles son tan inminentes como inexorables.
Tantas batallas contra ese cuco, y Adriana ya perdía su color verde y ya era rojo.
Hoy, contener el derrame; pero la historia siempre marcó que las debacles son tan inminentes como inexorables.
cuando yo era chiquito, mi hermana me asustaba con el "cuco"
ResponderBorrardesde entonces con solo escuchar esa palabra me dan ganas de esconderme debajo de la cama
Yo soy la mayor de los hermanos, por lo tanto mi cuco era el inventado y alimentado por mis dudas... en el momento que escribí, el cuco era mi profe de piano diciéndome que el tango sale horriblemente áspero...
ResponderBorrarprofes de piano...
ResponderBorraryo era amigo de la nieta de Pugliese.
y su madre, Beba Pugliese, contaba que estudio piano con el maestro Zaratrusta, que en las clases de piano, si algo no le gustaba como lo tocabas, hacia como que le agarraba un infarto por lo mal que estabas tocando. una escena enfermiza
Yo prefiero enfrentarme a los monstruos tal como soy.
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